Un chef ecléctico que, tras alcanzar el máximo galardón gastronómico con tres estrellas Michelin, se dedica ahora a la restauración más informal.
Cuanto más te adentras en el curso, más te das cuenta de lo mucho que le gusta a Dani García la sencillez, sin tener en cuenta ninguna sofisticación, sino sólo buscando los “buenos sabores”, los que nos gustan desde la infancia.